miércoles, 12 de marzo de 2008

California champagne

He pasado 21 días y 16 noches en el hotel Inglaterra. Me gusta calentarme el pico.
11-M: 12.00 horas. Sol radiante en la plaza Nueva. Hall del hotel. Me acerco a la recepción.
­­-Me voy. Habitación 102. Aquí tiene la llave.
(…)
-Un asunto, señor.
Sé a qué se refiere.
-Dígame.
-El mini bar.
-Cárguelo a la factura de mi empresa- respondo con decisión.
El recepcionista estudia unos papeles y encuentra un documento que me enseña. En él se indica que disfruto de alojamiento y desayuno y no alude a ningún gasto extra más.
-Entiendo, pero si usted puede cargarlo en la factura de mi empresa, hágalo- me mantengo.
-No tengo problema en hacerlo, pero debo consultarlo.
Tensa espera mientras llama por teléfono.
-Hola, aquí está el señor Naked-man, que se marcha y me dice que cargue el importe del mini bar a la factura de la empresa.
Conversación.
-Quieren hablar con usted
-Páseme el teléfono- No me arredro.
Es Victoria, secretaria del director de publicaciones del grupo, que se ha encargado de gestionar mi estancia en Sevilla.
-A ver cuéntame exactamente qué es- me pide.
-Ya sabes, unos cacahuetes, unas coca colas… algunas copas, es que llegaba uno tan tarde. Compréndelo.
(…)
-Vale. Pásame al recepcionista.
(…)
-De acuerdo señor, todo correcto-me informa él.
-Buenos días. Hasta pronto- me despido. Salgo triunfal hacia el taxi. Me siento un gran periodista.
Real como el relato, os dejo a Orson Welles tratando de rodar un spot tras atracar más de un mini bar. Por cierto, el creador de Charles Foster Kane está enterrado en nuestra Ronda andalucista.


1 comentario:

Yo voy dijo...

Tras leer este post he pedido que se me pague también el mini-bar. Al grito de Joly no puede ser más expléndida que mi onda cero. Se me va a pagar. Gracias por mostrar la senda.

Por cierto me ha llamado Julian y me ha dicho que tengo un amigo en sevilla....


buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa



no os metais con el.